TODOS VUELVEN a la tierra en que nacieron
y los pájaros de la mañana
tienden el pico al cielo
por enésima vez.
Nada de escarcha les cae ya
y el buche les cuelga como una talega
que brilla al sol
pues tienen que tragarse de todos modos la saliva.
Dios amaneció indiferente
Nada le llega a conmover
Ni siquiera la súplica de los
gorriones
que abren sus alas y se estremecen.
Por el contrario Dios se alisa el pelo oscurecido
y se mira en el espejo de un cielo
que queda más arriba de EL.
y los pájaros de la mañana
tienden el pico al cielo
por enésima vez.
Nada de escarcha les cae ya
y el buche les cuelga como una talega
que brilla al sol
pues tienen que tragarse de todos modos la saliva.
Dios amaneció indiferente
Nada le llega a conmover
Ni siquiera la súplica de los
gorriones
que abren sus alas y se estremecen.
Por el contrario Dios se alisa el pelo oscurecido
y se mira en el espejo de un cielo
que queda más arriba de EL.
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